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La misión del colegio “Sor Querubina de San Pedro” está orientada a que todos los esfuerzos institucionales se dirijan hacia un proceso de formación que tenga como marco de referencia a los valores cristiano – humano – franciscanos:
Es la capacidad emocional de querer el bien de la persona amada y hacer lo posible por ella. Es un don de Dios que exige y compromete a dar una respuesta de amor. El amor tiene como característica a aceptar a la persona como es, ser libre para amar, sacrificarse por la persona amada, compromiso y respeto, saber perdonar y compartir. Sólo se ama a las personas y no a las cosas. El amor se opone al odio, al egoísmo, a la indiferencia.
Es la capacidad de salir de uno mismo y de su propia subjetividad hacia Dios y los valores que trascienden nuestra existencia. Es ser capaz de ver más allá de nosotros mismos pasado de la existencia a la esencia, de la sinceridad a la veracidad y de los intereses personales al bien común.
Es sentir a Dios como Padre y al prójimo como a un hermano, sintiéndonos todos como familia. Es un valor que implica confianza, cercanía y afecto por Dios y los demás.
Es la capacidad emocional de aceptar las disculpas de una persona arrepentida ante un daño recibido sin guardar rencor y/o resentimiento. No necesariamente se trata de olvidad. Esta actitud se opone al espíritu de venganza.
Es la respuesta eficaz al llamado de Dios, de uno mismo o de los demás, a reconocer y cumplir los deberes o mandatos que tenemos por ser personas o que hemos aceptado voluntariamente.
Es el sentimiento de estima hacia alguien que nos hace un favor o nos da un beneficio, es corresponderle de alguna manera. El hecho de sentirnos necesitados de Dios y de los demás, nos hace ser agradecidos con Dios, con nuestros padres, con nuestros profesores y nuestros compañeros.
Es el reconocimiento de la igualdad de todas las personas y uno mismo. Esto se manifiesta en la amabilidad, acogida y cortesía para todos sin importar la condición social. Esta actitud se opone a toda ostentación, vanidad y orgullo.
Capacidad de crear cosas, procedimiento para dar solución a problemas que se nos presentan con originalidad y eficacia.
Es la capacidad de discernir y juzgar los acontecimientos y actos con criterios propios y coherencia de modo que se asuma elementos positivos que nos presenta la sociedad y se rechace los negativos.
Es la consideración y reconocimiento del valor de los demás. Esta actitud implica ser tolerantes y tener consideración por las ideas, sentimientos, derechos, libertad y consejos de los demás.
Es la capacidad de atender con la mente y el corazón la voz de Dios que habla a través de su Palabra, los acontecimientos diarios y las personas, buscando comprender lo que nos tratan de expresar.
Es la relación íntima entre lo que una persona cree, piensa, siente, dice y hace en su vida. Se debe buscar la Verdad, pero en la medida en que se encuentra, se debe ser coherente con ella.
Es una capacidad emocional de aceptar y tratar a todos como hermanos. Implica comprender a los demás con sus fortalezas y debilidades, virtudes y defectos. Tener un trato de cercanía e igualdad con todos, aprender a convivir en un clima de paz, confianza y respeto a la diversidad. Este valor se opone al divisionismo, la envía y la discriminación.
Es la capacidad de aceptar las propias limitaciones, reconociendo la necesidad de la gracia de Dios. Este valor se opone al orgullo, la soberbia y la autosuficiencia.
Es la capacidad de atender a los demás en sus necesidades, dándose a sí mismo y su tiempo. Es el amor llevado a la práctica al percibir y sentir misericordia por los más necesitados, prestándoles ayuda de manera proactiva.
Es el sentimiento que nos mueve a respetar la biodiversidad. Admirar y valorar la naturaleza como obra y don de Dios, promoviendo acciones que contribuyan a la conservación del medio ambiente.