“El Amor se entrega hasta la cruz” Hoy contemplamos al Cristo crucificado… El que no gritó, no huyó, no se defendió. Simplemente amó hasta el extremo. Es el día del silencio profundo, del dolor compartido, de la esperanza sembrada en lo alto de una cruz. San Francisco lloraba al mirar al Crucificado. Nosotros también nos detenemos, lo miramos… y dejamos que su amor nos transforme. No hay mayor amor que dar la vida por los amigos. “Todo está cumplido.” (Jn 19,30)