Hoy, nuestro colegio se convirtió en un lugar sagrado. Junto a los estudiantes de secundaria, rezamos y representamos el Vía Crucis, reviviendo los pasos de Jesús hacia la cruz. Cada estación fue una invitación a detenernos, mirar el corazón y recordar que el amor más grande se dio en silencio, con entrega y sin medida. Gracias a nuestros jóvenes por su respeto, recogimiento y fe . Que este gesto de oración y reflexión nos prepare para vivir con esperanza la Pascua del Señor .